Tom Cruise repite el papel 30 años después para una historia de redención en la que se deben resolver algunos asuntos pendientes de la película original, lo que a primera vista parecía ser una secuela tardía innecesaria, en una maravillosa continuación que, con algunas vibraciones nostálgicas, trae un producto con personalidad propia, recuperando una forma de entender el cine y el entretenimiento que nunca debería desvanecerse, para un paseo sin aliento de secuencias espectaculares y sentimientos entrañables que quitan el aliento…
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