Elvis Presley probablemente fue, sin duda alguna, uno de los mayores iconos del pasado, y aún añorado, siglo XX. Fue un artista capaz de conmocionar a la sociedad conservadora estadounidense de los años 50 con el movimiento de sus caderas, al ritmo de una música creada por una comunidad de color segregada por el conservadurismo estadounidense, llevándola a las masas, cambiando el rumbo de la cultura popular para siempre, trascendiendo de ser solo un artista popular a un ícono inmortal, símbolo de una era, amado por millones de personas de diferentes generaciones en todo el mundo.
Baz Luhrmann ha retratado todo esto en este increíble biopic que ofrece una visión única del icono a través de los ojos del hombre que ayudó a construir el mito, el manager de Elvis, el coronel Tom Parker, interpretado por un genial Tom Hanks, en otra actuación inolvidable de su larga y memorable carrera. Sin embargo, la verdadera estrella de la película es Austin Butler, que defiende el legado de Elvis de manera absolutamente excepcional, resucitando al rey del rock como ícono, pero sin dejar de lado una buena muestra de sus luchas con sus demonios internos como hombre. dándonos un acercamiento directo de cómo nació la leyenda y cómo se desmoronó para después alcanzar a la eternidad.
La película es una suma de virtudes que complacerá al fandom más exigente de Elvis pero también ofrece la oportunidad de ser un vehículo perfecto para que las nuevas generaciones descubran tan apasionante y fantástico legado, pero sobre todo, ELVIS, es un maravilloso entretenimiento que nos regala una mágica puesta en escena arropada por una excelente banda sonora y actuaciones memorables.
ELVIS es un triunfo
